Cerca de la mitad del eucalipto que se corta en Galicia se transforma fuera

PEPA LOSADA

Portugal es el principal destino de la madera que se envía a otros países

13 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia es una potencia forestal. Cuenta con cerca de 1,5 millones de hectáreas de superficie arbolada de las que el año pasado se sacaron unos 8.627.622 metros cúbicos de madera —4.878.723 de eucalipto, 3491.747 de distintos tipos de coníferas, 222.119 de frondosas caducifolias y 35.033 de otras especies— y una industria que en el 2024 facturó en torno a unos 2.500 millones de euros, según la estimación realizada sobre los datos de los tres primeros trimestres del año pasado en el último Informe de la Cadena Monte Industria presentado en diciembre. Son cifras que perfilan la importancia de un sector semejante a un árbol con muchas ramas. Porque en él convergen decenas de factores con una incidencia directa en asuntos tan importantes como, por ejemplo, los flujos de materia prima que exporta e importa la comunidad.

Por eso, como explican desde el sector, es complicado hacer una estimación exacta del volumen de madera que sale de los montes gallegos hacia destinos como Asturias, País Vasco o Portugal. Lo más acertado, explican, es hablar de horquillas. Y basándose en los datos facilitados por la industria y los maderistas entre los años 2021 y 2024 hacen una estimación de las cantidades mínimas y máximas de eucalipto gallego que se mueven dentro y fuera de Galicia. Hacerlo con el pino, dicen, es mucho más complicado aún. Según esas cifras que manejan, cerca de la mitad del volumen de madera de las variedades de eucalipto nítens y globulus que se cortó en la comunidad en ese período se transformó fuera de ella. La cantidad estimada oscila entre los 2,2 y los 3,2 millones de metros cúbicos al año. Entre 1,1 y 1,8 millones tendrían como destino comunidades de la Cornisa cantábrica, sobre todo Asturias o País Vasco; entre 1 y 1,2 millones viajarían a Portugal; mientras que entre 100.000 y 200.000 metros cúbicos tendrían como destino otros puntos de España o del extranjero.

«La recogida de datos es complicada porque hay distintas fuentes de consumo, medios de transporte y los datos son muy variables en función del año. Después hay que tener en cuenta aspectos como la unidad de medida utilizada y las diferencias derivadas de convertir los metros cúbicos a toneladas; la humedad de la madera, que hace variar su volumen; el hecho de que se comercialice con corteza o sin ella... Por no hablar de factores puntuales que puedan incidir en el proceso industrial como ocurrió, por ejemplo, en el 2022 cuando Ence tuvo que parar la producción en Lourizán por las restricciones en el uso del agua derivadas de la sequía», explican esas mismas fuentes.

Pero no solo eso complica la realización de un análisis. No es lo mismo, por ejemplo, que se corte eucalipto nítens que globulus. Para producir una tonelada de pasta de papel es necesaria mayor cantidad del primero que del segundo. De ahí que el globulus se pague más. Por tanto, desde el sector explican que para mantener el mismo nivel de producción de pasta en Galicia habrá que dedicar más volumen de madera los años en los que haya más cortas de nítens. También hay que entender cómo funciona el mercado de esta materia prima a pie de monte. Los datos de cortas, basados en las comunicaciones de los propietarios cuando la venden, no tienen por qué corresponderse con la madera que sale del monte ese mismo año. «Hai veces que che compran un monte, pero non o van cortar tan pronto», explican también. Y lo corroboran otras fuentes del sector que explican que «desde que se comunica el aprovechamiento a la administración hasta que la madera se consume en industria puede pasar hasta más de un año por lo que es difícil comparar aprovechamientos de un año con consumos del mismo ejercicio».

Exportación al extranjero

Más allá de esto, una pista del rastro que marca la madera que sale del monte la da el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), que bebe de los datos de Aduanas. Según sus cifras, en el 2024 salieron de España desde Galicia al menos 746.164,26 toneladas de madera de eucalipto; 598.571,98 de distintos tipos de coníferas (pinos, abetos y materia prima en bruto) y 1.393,92 toneladas de madera de especies como álamos o hayas. También se observa cómo ese año la comunidad importó 81.985,23 toneladas de eucalipto y unas 6.880 de coníferas. Pero es que en el 2022, cuando Galicia registró un récord en volumen de madera cortada (10.766.421 de metros cúbicos), se exportaron 687.492,36 toneladas de eucalipto y se importaron 30.186,95. También se mandaron fuera de España 472.564,7 toneladas de coníferas y se importaron 19.385,61.

Otra pista la dan los datos de madera que embarca en los puertos gallegos. El año pasado, según Portos de Galicia, por el muelle de Ribadeo pasaron 22.946 toneladas de madera en bruto de eucalipto y coníferas, una cantidad que suma las llegadas y salidas de materia prima. Un año antes habían pasado por ese mismo puerto 24.273 toneladas. En el 2024 en Cariño y Burela se embarcaron 38.777, mientras que en el 2023 salieron de esos puertos 57.618 toneladas, a las que habría que sumar otras 13.355 enviadas desde Cee.

Ese mismo año, la madera y corcho embarcados en los muelles de Puertos del Estado —A Coruña, Ferrol-San Cibrao, Marín y Ría de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía— ascendió a 953.732 toneladas, un volumen que suma todos los tipos de este material, no solo la que se manda en bruto. Cerca de la mitad se enviaron desde Ferrol-San Cibrao. Mientras que en Marín desembarcó un volumen mayor de (115.650 toneladas) del que embarcó (97.826).

Aunque no lo tiene discriminado por especies, el ICEX maneja datos de los países de destino de esta materia prima gallega. Portugal encabeza la lista. En el 2024 recibió mercancía por valor de 113,28 millones de euros. En segundo puesto, Islandia, cuyo valor ascendió Galicia envió madera a ese país por valor de 4,7 millones. El tercer puesto es para China a la que se exportó madera por 1,19 millones. El interés de China por esta producción despertó en el 2021, cuando la voracidad de este gigante convirtió la madera en un bien de lujo.